El verdadero Gran Hermano



“… La conversión del Estado en un dispensador de privilegios potencia los peores intereses y es dañina para la sociedad libre, aunque su control, como había pensado Tocqueville, es arduo…”
Carlos Rodríguez Braun, Estudio preliminar, “La Ley” Frédéric Bastiat
“… Después de considerar que todos los hombres sin excepción son capaces de gobernar el país, los declaramos incapaces de gobernarse a si mismos…”
“… ¿Adónde  nos conducirá la ilusión de que el Estado es un personaje poseedor de una fortuna inagotable e independiente de la nuestra?...”
Alexis de Tocqueville.
Al pueblo se le hace creer que, si hasta un punto ha llevado la peor parte de la carga, El Gobierno, Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, en definitiva el Estado (de Bienestar), tiene los medios para lograr que, si aquélla se acrecienta su peso acabará cayendo sobre los ricos. Ya adelantaba el autor ¡¡¡¡¡¡Funesta Ilusión!!!!!!.
Lo siento, como también vaticinaba, “… No puede evitarse que, a la postre, se reparta el peso entre todos, incluidos los pobres…”
Y algo que siempre me he preguntado. ¿Quiénes son los ricos?, ¿todo aquel que tiene un euro más que nosotros?, ¡claro¡, ¡ahora lo entiendo¡, cualquiera que gane más dinero que yo es el rico que debe de pagar más impuestos, da igual, que haya trabajado más tiempo que yo, que se haya arriesgado más, ¡no hay derecho!, ¡tiene más dinero!, ¡tiene que pagar más impuestos!. Da igual como lo haya conseguido, yo, que tengo mis derechos a todo, pero que no me arriesgo tanto, ni me apetece trabajar tanto, El Estado tiene que quitarle más a él para que pueda recibir yo mis prestaciones y servicios, ¡No hay derecho a que él tenga más que yo!.
Necesito que “El Gran Hermano”,-¡ehhhh!, hablo del Estado no del programa que presenta Mercedes Milá-, que es todopoderoso y todobeneficioso para todos y si lo hace, “Él”, seguro que está bien, me auxilie e invocando a la sacrosanta “igualdad” , nos iguale a todos por abajo.
“Tenemos derechos”
-Espero se entienda la ironía-
Para terminar seguimos con Tocqueville:
“… Creo que entremos en una senda en que, con formas muy suaves, muy sutiles, muy ingeniosas y adornadas con los bonitos nombres de «solidaridad» y «fraternidad», la expoliación va a alcanzar un desarrollo cuyas proporciones pueden ser incalculables.(…) El Estado no puede dar a sus ciudadanos más de lo que previamente les haya quitado. Los únicos efectos de este intermediario son, en primer lugar, un gran desperdicio de energías y, después, la completa destrucción de la «equivalencia de servicios», porque cada cual procurará entregar lo menos a las arcas del Estado y sacar de ellas lo máximo posible, con lo cual el Tesoro Público será un mero objeto de pillaje. (…), ¿Y por qué no pedir al Estado la gratuidad de todos los servicios?...
Alexis Henri Charles de Clérel, Vizconde de Tocqueville (1805-1859), y ¡aún no hemos aprendido!. Parece un autor contemporáneo hablando sobre la situación de la mayoría de los países occidentales. ¿No parece que habla de la España de Zapatero y Rajoy?.

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