Alegrarnos por ser españoles
Menuda alegría, España, ese gran
país, uno de los cuatro o cinco países embrionarios de lo que llamamos la
civilización occidental, ha vuelto a ganar de nuevo el Campeonato de Europa,
después de ganarlo hace cuatro años y hace dos el Campeonato del Mundo. Que
alegría como se han llenado las calles de las ciudades y pueblos a lo largo y
ancho de este país, pero, ¿nos hemos preguntado por qué de esta alegría?, pues
si lo pensamos todos es muy claro, porque somos españoles y la selección que
nos representa a todos ha salido campeona, pero en el fondo porque, de nuevo lo
repito, somos españoles.
Pues creo que es en este momento
después de los fastos por la victoria cuando nos debemos de acordar de las
personas que, por ser españoles y un escudo para el resto, hoy no pueden
celebrarlo por nosotros. Nuestros soldados, y fuerzas de seguridad del Estado
de ahora y de siempre que no pueden celebrarlo porque, por defendernos, han
perdido la vida y no pueden estar hoy con nosotros. Desde aquí mi respeto,
admiración y gratitud.
Pero hay que hacer una mención
especial a otros españoles que tampoco pueden celebrar ahora con nosotros todos
estos triunfos. Por supuesto hablamos de las Victimas del Terrorismo, de todas
ellas. Recuerden murieron por ser españoles.
Miguel Ángel Blanco, Gregorio
Ordoñez, Ascensión García y Alberto Giménez Becerril, Luis Portero o Silvia
Martínez Santiago que hoy sería una adolescente que seguro que estaría con la
camiseta española para celebrar el triunfo. No puedo nombrar a todos, ya que en
este pequeño texto no caben todos, aunque son todos iguales de importantes.
Recuerden no caben por la cantidad que son, por culpa de una banda de
descerebrados, mafiosos y nazis que encima van ganando, nos van derrotando.
Cuando los teníamos contra las cuerdas, por el buenismo y cobardía de nuestra
clase política (unos por acción y otros por omisión), ahora tienen lo que
buscaban, el poder, y además utilizan las instituciones del Estado que combaten
para, desde dentro, dinamitarlo.
¿Dónde están los elementos que
tienen todos los Estados de Derecho para defenderse de unos asesinos mafiosos
como estos?, ¿Dónde está la Ley de Partidos?.
Aunque pensándolo bien, algunos
de estos elementos de los que he hablado antes están corrompidos por la clase
política hasta el tuétano y no se si es bueno invocar su apoyo y ayuda.
Para que queremos un Tribunal
Constitucional, Tribunal por decir algo ya que sus componentes aunque se les
llaman magistrados, no son jueces, realmente en este caso que hay tres miembros
que están contradiciendo los mandatos constitucionales (solo pueden estar tres
años, y llevan en interinidad casi seis), solo el presidente es un juez de
carrera. ¡Y este organismo es la última instancia para solicitar el amparo por
encima del Supremo!, ¡un organismo que sabes cual va a ser el voto de cada uno
de sus miembros, antes de que se reúnan a deliberar por afinidades políticas!.
Es este organismo el que contradiciéndose a si mismo nos ha dicho que Sortu
tenemos que creernos, que así lo creen ellos, ¡¡¡¡¡creen!!!!! Que es una
organización legal y que no defiende los postulados de ETA.
Así nos va, yo creo que hay que
alegrarse por la victoria de España, por ser españoles, pero acordarse de los
que no se pueden alegrar precisamente por serlo, si, españoles pero a la vez
entristecernos que su muerte no tenga la justicia que se merece y que por lo
menos no haya sido en vano.
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